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Saturday, August 24, 2013

Apología: Mister N

Del blog del autor:


Dice en la nota del autor: «Cuando escribí este cuento, era para mis niños y bla bla bla…».
Bien, es cierto que la primera parte de este libro lo escribí con mis hijos en mente. Pero desde esos entonces, ya había estado pensando en incluir conceptos que me rondaban en la cabeza sobre la epistemología, el existencialismo, la burocracia y el escepticismo, por mencionar unos pocos. También en esos entonces había estado leyendo sobre la teoría de Miguel Alcubierre sobre el viaje más rápido que la luz con propulsión warp, sobre la paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen y sobre la energía de punto-cero. Obvio, que muchos de estos conceptos quedaron incrustados en este cuento que se supone era para niños.
También, desde la primera parte ya estaba ensayando un poco en escribir una narrativa fracturada entre el presente y el pasado. Esta estructura me inspiró a llevarla a sus extremos en la segunda parte, El viaje en Trineo. Consta de tres secciones bien definidas: el pasado muy lejano, de hace más de diez mil años, que cuenta la tragedia de los Espacialeros y el papel que el Trineo jugó en ese desastre; el pasado en la vida de Niklavs, en el cuarto siglo de nuestra era; y los raros sucesos de este último año en curso. Fue necesario contar las tres tramas al mismo tiempo para evitar desvelar demasiado pronto algunos puntos importantes que dan mayor peso al nudo dramático, y que colocan al desenlace como una posibilidad congruente con el resto del relato.
Los temas subyacentes de la historia son varios y muchos de ellos complejos, que requerirían ensayos completos para desarrollar el tema plenamente. El reto era incluirlos en un relato «para niños» de la manera más natural posible. Por ejemplo, el lector debería llegar a entender que la comuna de androides alienígenas, los El!kves, sirven de alegoría de la experiencia humana actual en las sociedades occidentales modernas. Trabajan sin cesar, obedecen a una autoridad que no les queda claro en absoluto si tiene sus mejores intereses en mente y que no es fácil de identificar, y pasan los días con la única esperanza de alcanzar el siguiente orgasmo. Van de distracción en distracción, realizando labores nimias, inundados de un desasosiego por no conocer su propósito real en la vida, sin siquiera poder articular estos pensamientos para sí mismos. Su tragedia mayor es que no son sino el reflejo de la personalidad de Niklavs, y su ansiedad por no saber sus orígenes ni su destino proviene de las inquietudes comunes de un ser humano. Niklavs se ha convertido en el ícono de su angst, pero en lugar de deificarlo, lo han convertido en mera mascota.
¿Qué decir sobre Niklavs? En esta novela me esforcé por lograr humanizarlo, sobre todo al reducir los milagros por los que es famoso a una talla más prosaica y menos divina. Era importante mostrar que, a pesar de que todos esos milagros que se le adjudican se han reducido a sucesos verosímiles, Niklavs tuvo esos logros por decisión propia y porque sus intenciones eran nobles. Creo yo que una vez despojado de ese manto de misticismo, es posible ver a Niklavs como un héroe mayor que cualquier santo. Es con ese personaje con el que más exploré los conceptos del existencialismo y el humanismo, sin olvidar ni un momento que Niklavs sí operaba desde un punto de vista religioso y de fe.
También exploré en esta novela el concepto de la persistencia de la memoria, y cómo define la creencia de que los humanos son más que la simple suma de sus partes: cada humano existe en la intersección de sus memorias con la realidad. Una versión simplificada de este concepto es el surgimiento del Transporte como entidad nacida de la concatenación de agentes emergentes en sus procesos computacionales. Me parece que la cognición, una vez alcanzado cierto nivel de complejidad, invariablemente conduce a la conciencia.
Existen todavía otros cuantos temas esotéricos que intento explorar con esta novela, pero lo más importante para mí, como escritor, era crear un texto ágil y divertido, que hiciera a los lectores perdonarme por tanto meningitismo pretencioso. Creo haberlo logrado, hasta cierto grado. Como despedida, les voy a revelar un «huevo de pascua virtual» sobre la novela. McCammy, el «PiratElfo», a pesar de ser tan chocante y nunca cooperar con el resto de la comuna, tiene uno de los mayores rangos. El número uno es McElroy, el líder. El dos es McColm, jefe de seguridad. El cuatro es McEnnis, el chef. Pero McCammy, el grosero, es el número tres. ¿Qué trabajo tiene en la comuna? La única pista sobre esto aparece en la segunda parte de la novela.
Respuesta: McCammy es… ¡el adjunto de seguridad! Háganme el favor… A buen árbol se arriman los pobres elfos.
D

Friday, August 16, 2013

Impresiones sueltas de los lectores

Recientemente he tenido la oportunidad de charlar en persona y en la virtualidad con algunos lectores de la novela Mister N. Ha sido una experiencia grata saber directo de ellos lo que piensan del libro. Tres de ellos lo leyeron en español y dos en inglés. Me cuentan que han reído con las aventuras de Niklavs en la primera parte, que le han llorado a McElroy en la segunda parte, que ha sido una experiencia rara sentir como que estaban platicando conmigo en persona al leer el libro.

La famosa autora Blanca Miosi, ícono del Kindle, me elogia diciendo que es «literatura inteligente». Y la tan querida Simetha Mazerath me ha dicho que la impresionó la calidad del diseño del texto.

Hasta el momento me siento muy satisfecho con los resultados de la publicación. Muchas gracias a todos los que han hecho el favor de leer mi libro y espero que pronto haya muchos más lectores. ¡Muchos!

D

Friday, August 9, 2013

Reseña de Manuel Navarro Seva

El autor Manuel Navarro Seva, conocido por muchos como Boris Rudeiko, ofrece la siguiente reseña sobre Mister N:

Dice el autor que quería escribir una historia simpática para su hija de nueve años y, a la vez, emocionante para satisfacer la curiosidad de su hijo de once. Pero, entonces, ¿se trata de una historia para niños? Sí y no; yo diría que es un cuento para ser leído por padres e hijos conjuntamente.
Mister N —Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás— sigue siendo el personaje amable y bonachón que todos conocemos pero he aquí que Daniel A. Franco —D para los que hemos seguido su buen hacer literario en distintos foros de Internet— nos explica, utilizando naves espaciales, viajeros extraterrestres, elfos, mecánica cuántica, ordenadores, memoria de masas, impresoras de materia y otras tecnologías, cómo es posible que la magia de la madrugada de Navidad se repita año tras año y cada niño reciba su regalo en cualquier lugar del mundo, a la misma hora. Y lo hace con un lenguaje coloquial y divertido.
Un libro a la altura de lo mejor de la ciencia ficción. Un libro inteligente y ameno. No dejen de leerlo.
Pueden encontrarlo en este enlace o en este otro.

Pasen a visitar a Boris Rudeiko en su blog.
D